martes, 24 de noviembre de 2015

The Hakosuka!

Buenos días, tardes o noches, después de mucho tiempo hemos vuelto, y con nada más y nada menos que un desplazamiento a tierras niponas para uno de los coches de estas tierras que más me llamado a nivel personal, el Nissan Skyline, en especial sus modelos grandes, los GT-R.

Ya lo sé, he visto a todo gas, pero bueno, si creéis que me gustan los de la película dejad de leer y recapacitar sobre vuestros gustos. Aunque me encanta el R32, voy a hablaros del KPGC 10 o como lo llamaban ellos, “Hakosuka”. Ya sé que es como invocar a un pokemon “Hakosuka te elijo a ti”, pero bueno, son así y así hay que entenderlos.



Aunque han salido muchos Skyline, de los cuales cada vez me gustan menos (aunque no se llame Skyline de por sí, el nuevo es el GT-R y aunque reconozco que es una obra de la ingeniería nunca me terminará de llamar por completo), también tenemos los anteriores, pero el KPGC 10 es otro coche, y sí, ha salido en a todo gas, creo que en las favelas de Brasil lo llegaba a conducir el actor que en paz descanse Paul Walker.

Y diréis, ¿qué tiene este coche que lo haga mejor que el resto?

Pues empezamos:

A primera vista, ya ver el coche nos sorprende, nos llega a nuestras fibras demostrando que los coches clásicos son más bonitos, y en ellos reside algo que ahora no existe, la sencillez (no necesitaba unas llantas de 19 pulgadas y ser del tamaño de un camión para impresionar a todo aquel que lo vea), además de unas líneas clásicas japonesas pero muy bonitas que definirían el futuro de esta generación.

Por otro lado nos encontramos con su motor. Un 2.0 de 6 cilindros que además de sonar a gloria nos entregaba una considerable cifra de 160 caballos de vapor (recordemos que nos encontramos en el año 1968) a 180 Nm de par. ATMOSFÉRICO, con doble árbol de levas y triple carburación, esa era la grandeza tanto de este coche como el motor en concreto, era un GT-R sin turbos, sin tracción total, sin preocuparse por la efectividad de un tracción total, sino un coche hecho para el disfrute de todo aquel que se pusiera detrás de su volante.




Con esto nos encontrábamos con un ronroneo capaz de erizar todos y cada uno de los pelos que posee el cuerpo de cualquier aficionado a los coches, además de una efectividad en velocidad para la época más que demostrada, consiguiendo 49 victorias consecutivas en el campeonato japonés de GT de la época en 3 años.

Además nos encontramos con un coche exclusivo, 1945 unidades producidas entre el PGC 10 y el KPGC 10 en los 3 años que se estuvo fabricando. Ahora os preguntareis de donde salió el PGC 10 y esas cosas. TRANQUILOS, ahora viene un poco de historia de Nissan de la época.

Bueno, en primer lugar ¿por qué “Hakosuka”?, esto viene de la mezcla de dos palabras japonesas que definían perfectamente al coche.

Hako que es caja en japonés y se referenciaba las líneas cuadradas del coche, y por otro lado Suka, que es la abreviatura japonesa de Skyline, que es del modelo del cual hablamos, por tanto obtenemos HAKOSUKA!!!!! (Si lo dices con la entonación estreñida de un manga japonés cabreado tiene mucha más gracia).

Nissan Skyline GT-R PGC10

El PGC 10 venía siendo el mismo coche pero en sedán y el primero de los cuales salió en el año 1969, más tarde, en el 71 apareció el KPGC 10, que era el coupe de 2 puertas y en el que nos centramos principalmente en esta entrada.





Nissan Skyline GT-R KPGC10



Allá por el 69 nos situamos, con el sedán de 4 puertas con el S20 de 6 cilindros en línea de Nissan y el campeonato japonés de turismos en el que empezó a arrasar este coche ya de entrada con su propuesta y excelente motor. ¿Qué hizo Nissan entonces?, pues a partir de una base se mejoran las cosas, saliendo dos años después una versión 2.0 coupe de 2 puertas que introdujo algunas mejoras a un coche que ya era perfecto en aquellos años.



Se encargaron de reducir la distancia entre ejes 70mm y aumentar el ancho de vías para mejorar el comportamiento del coche, montando además, por temas de aerodinámica, un alerón trasero precioso, incluido como opción a la hora de comprarlo (opción que demostraba si tenías buen gusto o no). Esta mejoría arreglo el principal problema de la generación de 4 puertas que era el subviraje que mostraban estos coches en su comportamiento, superándolos en las competiciones de turismos y agrandando más su leyenda.

Todo esto ha hecho que este coche sea de los GT-R más valorados actualmente y de los más difíciles de conseguir, pero que cuando alguien lo ve por la calle te sientes el centro de atención porque el que sepa poco sabe que tienes una máquina de culto que muy pocas personas poseen y puedes disfrutarlo como se merece tanto en una carretera del pirineo francés como en un circuito de track day.


En el 72 salió la versión C110, que también es otra obra de arte, más parecida a algunos muscle car americanos pero con su encanto japonés de la que no hablaremos en este post.



Saludos.

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